Al expandir sus canales digitales para ofrecer servicios financieros, uno de los bancos privados más grandes de Brasil se enfrentaba a grandes oportunidades de crecimiento en dos áreas clave: la operación, debido al desafío de escalar un proceso altamente dependiente de los corresponsales bancarios, y la experiencia del cliente, con la posibilidad de aumentar la conversión mediante un recorrido digital más fluido y amigable en la contratación de productos. Con el avance de la digitalización de las operaciones, el banco reconoció la necesidad de modernizar sus plataformas y procesos para atender mejor las expectativas del mercado y la demanda de servicios más rápidos y accesibles.
El banco se encontraba con la necesidad urgente de optimizar su operación, ya que el proceso de contratación de productos financieros dependía en exceso de intermediarios, lo que hacía que la operación fuera más lenta e ineficiente. Además, la experiencia del cliente debía mejorar, ya que el recorrido de contratación era largo, confuso y poco intuitivo. El desafío estaba en transformar estos puntos críticos, implementando soluciones digitales que no solo simplificaran el proceso, sino que también garantizaran una experiencia más fluida y eficiente, con el objetivo de impulsar el crecimiento y mejorar los resultados. En este escenario, la integración de nuevos canales digitales y la automatización de procesos fueron esenciales para proporcionar un recorrido más ágil y satisfactorio para los clientes.