Liderazgo sostenible

“A ti te van a considerar por quién eres no por los títulos que tienes”

Sabemos que los niños aprenden por el ejemplo. Ellos tienen sed de conocimiento y están atentos todo el tiempo para aprender. Un líder es alguien que guía el camino a otros, que muestra con su ejemplo de vida que los problemas existen para ser resueltos de la mejor manera posible sin desespero ni apuros. Hay pasos que uno debe dar si quieren ser un líder que inspira a la gente a ser ellas mismas y promover mejores relaciones entre ellas. Somos personas y nuestra misión como tales es hacer el bien y construir conocimiento. Todo es para nosotros y para que disfrutemos en sociedades este bien mayor, el de generar un propósito. Toda organización debe contribuir a mejorar la vida de las personas de manera directa o indirecta. Es por eso por lo que ellas deben funcionar como líderes sostenibles e incentivar que todos caminen rumbo a una vía donde seremos mejores personas de las que llegamos cuando nos contrataron. Por supuesto que no son obligadas a eso, sin embargo, si queremos como organización ser sostenible en el tiempo, tendremos que pensar en eso como un valor. El liderazgo sostenible es un compromiso real, colectivo o individual donde se asume como practica constante dentro de una organización y en la vida personal de uno. Así de esta forma, como individuo u organización, el líder no sólo debe formular un propósito sino también articularlo, es decir, llevarlo a la práctica cotidiana de todo lo humano.

Un paso para superar el contexto del que hablamos en el artículo anterior sobre, el valor humano en las organizaciones es producir un ambiente predictible o predecible a partir de una realidad llena de volatilidad, complejidad, ambigüedad e incertidumbre. El líder como protagonista ético de las sociedades, repito, siendo una organización o un colaborador, necesita hablarle al mundo desde su corazón. Robert McKee (1997) dice que, para movilizar a las personas, se debe contar historias que conmuevan, añadimos, que deben ser estas calcadas en el propósito compartido para que se haga sentido para todos. Debe tener una coherencia personal llevando en cuenta la posibilidad de que otras personas lo pueden rechazar y aun así la convicción del líder y sus valores no se vean afectadas por la libertad construida a partir de este propósito dicho anteriormente. Para eso, otra competencia se debe adquirir el líder sostenible (organizaciones o colaborador), escuchar y aprender es sumamente importante y para eso necesitamos rescatar la palabra especial que dijimos al inicio de este texto, atención. Para escuchar y aprender como un líder sostenible a partir de un contexto lleno de desafíos es muy necesario estar atentos. Nosotros en nuestro día a día estamos llenos de distracciones por todos los lados, genuinas u otras no tanto, sin embargo, el hecho es que nos cuesta trabajo poner atención, estar presente, sin saltar al pasado o al futuro (imaginación) cuando estamos generando las relaciones interpersonales. Según Losada, la escucha contribuye a desarrollar y sostener el campo emocional, por lo tanto, al no estar presente se pone el riesgo las bases de la conectividad. Y que las cosas pueden hacerse de una forma más inteligente desde el punto de vista emocional y se puede mejorar el nivel y la calidad de vida de las personas en las organizaciones mejorando el desempeño, fortaleciendo así la conexión entre las personas. Daniel Goleman apunta a que el 70% del clima emocional de un equipo está determinado por lo que diga y haga el líder de manera coherente. El liderazgo sostenible tiene un protagonismo crucial en las relaciones humanas. La atención es el motor de esta construcción interna y externa, la conexión que genera el diálogo y las partes involucradas en la relación se sienten vivas, tomadas en cuenta, partícipe y autónomos a favor de lo que se está generando, conocimiento compartido y predictibilidad. Los equipos son determinados fundamentalmente por las relaciones emocionales (confianza, reconocimiento, apoyo, escucha, entre otros) y por supuesto su evidencia es la capacidad de coordinarse. De esta forma, el líder sostenible informa, forma y desarrolla su equipo. 

Para que todo eso sea una realidad es muy necesario confrontar los hechos y decir la verdad. El líder sostenible tiene que ser íntegro, no distorsionar realidades y ni presentarlas con maquillaje a su (s) equipo (s) y no creerse el dueño de la verdad. Aristóteles ya nos decía que el SER se presenta de muchas maneras, parafraseándolo nos gustaría decir que, la verdad se da de muchas maneras y viene de cualquier parte, es decir, no es propiedad de nadie en particular. Es fundamental que el líder y el equipo colaboren en generar un contexto de escucha donde los hechos pueden ser declarados con confianza. La confianza es un valor generado desde lo emocional en las relaciones interpersonales que nos mantiene conectados. Como ejemplo, alguien o un especialista puede explicarme muy bien y de manera profunda, de que se trata tal cosa, pero además de lo racional involucrado en el discurso que nos presenta él, si no generamos un vínculo emocional con lo expuesto no le tenemos confianza. El líder sostenible genera vínculo con los demás por su forma de ser, como él es como persona y/u organización produce un clima de seguridad en sus seguidores. Las relaciones humanas sanas son capaces de fomentar este rico y sensato sentimiento de dar y recibir atención de manera plena. La plenitud es algo escaso en los días de hoy, pues es un sentimiento genuino y autentico de pura confianza. Sentirse pleno en las relaciones humanas que generamos es un privilegio. El liderazgo sostenible de manera muy gratuita provee esta oportunidad para que la organización y sus colaboradores vivan esta experiencia. Una imagen que ilustra muy bien la plenitud o este sentimiento oceánico que ya nos decía Freud en su libro “el malestar en la cultura” en el capítulo 1 pagina 3, es el vaso lleno. Cuando tenemos un vaso lleno de agua por ejemplo y le vamos agregando más gotas de agua sin que llegara a rebalsarse el agua hacia fuera, sino que si lo miramos desde una perspectiva horizontal vemos que el agua sube sin desbordarse alargando el diseño del vaso como se viera más grande, sin embargo, es agua en su forma de plenitud que sobresale el vaso sin derramarse. Este tipo de liderazgo produce felicidad en las personas dentro de las organizaciones. Para la gestión de personas es un motor innato para la retención de talentos pues todos quieren estar acompañados en la vida sea esta persona o profesional de un líder que les inspire a vivir en plenitud sus experiencias existenciales. La consecuencia de actuación es lo que más valoran los colaboradores, ya que genera confianza, en otras palabras, como te suelen decir: “Sabemos a quién tenemos al frente”. Si los valores declarados son compartidos, el líder sostenible alinea su conducta con ellos, ejerciendo un papel de modelo o referente para su equipo u otros que lo observen. Este tipo de líder sabe cómo tomar decisiones para influir e impactar. Ayuda a los colaboradores a asumir y explicitar los riesgos que existen y a desafiar los procesos de las organizaciones e innovar, también a medir los resultados de manera sostenible y poner el interés común por sobre el personal democratizando las relaciones. Para concluir, es importante destacar que las organizaciones o colaboradores que se transformen en líderes sostenibles miden resultados, pues se orienta a ampliar competencias colectivas como: razonamiento analítico, visión integrada del negocio y especialmente, orientación de personas y equipos a medir sus resultados, generando relaciones de confianza y cooperación en todos los niveles de la estructura organizacional.

Bibliografía

McKee, R. (1997). Story: style, structure, substance, and the principles of screenwriting. Harper Collins. 

https://revistamarina.cl/revistas/2011/3/gutierrez.pdf

Freud-El-malestar-en-la-cultura-1929.pdf (institutocienciashumanas.com)